viernes, 30 de enero de 2009
Rento matriz
jueves, 29 de enero de 2009
Virginia Medina y las clases del terror.
miércoles, 28 de enero de 2009
Me quería casar con un Israel.
lunes, 26 de enero de 2009
El peineverdeazulejo de Sasha
Este fin de semana me dediqué a bajar mucha música a mi compu. No me arrepiento, al contrario, en cuanto la puse en sintonía mis papás se pusieron a cantar algunas partes, en otras lamá mentaba madres y en otras que yo cantaba con mi sonrisa evocando recuerdos mi hermano sólo atinaba a decir: ya estás ruca.
jueves, 22 de enero de 2009
Goyo y la llamada de Leandro Augusto
Pocas son las cosas que verdaderamente me hacen sonreir.
De algunas semanas para acá me resultó difícil esbozar una sonrisa y no precisamente porque no quisiera o porque no hubiera motivos para sonreir, pero con la lesión hasta eso me dolía.
Un accidente puede cambiar las cosas de manera sorpresiva. Hace que te des cuenta de qué tanto te tiene presente la gente en su vida.
No es algo que me tenga preocupada, pero de verdá que hay situaciones que no te esperas qué sucedan.
El primer día que estuve convaleciente en casa, le decía a lamá (visiten su bló, está empezando, pero se irá puliendo :P) que iba a llamar a mis tías para que fueran a visitarme y me llevaran mis guisos preferidos: enchiladas verdes, tacos dorados, sopa de espinaca.
Pos no. No me hicieron ni enchiladas ni taquitos, pero Norma, latíaflaca, por ejemplo, me invitó a su casita a comer sopa de espinaquita y quesadillitas de hongo. Muy rico. No tuve qué caminar mucho pues su casa queda a la vuelta de la mía.
Recibí muchas llamadas y mensajes. Tor, pese a estar "presionado todo el día", me actualizaba de lo que pasaba en la redacción, L me llamaba todas las mañanas para darme los buenos días, J también enviaba mensajes con piropos obscenos para que pudiera reirme deapoquito. Amigos corresponsales y gente conocida de otros estados de la República Mexicana también estuvieron al pendiente de mí. En el medio el mundo es sumamente pequeño.
El martes, ya incorporada al trabajo (muy a mi pesar y a mis dolencias), recibí un mensajito que mostraba una gran preocupación por lo que me había sucedido.
"Mañana te marco del trabajo porque ahora no tengo saldo. Sólo espero que estés bien Lau".
Me sentí bien. Hace mucho no sabía de mi amigo y me dio gusto que gastara su último mensaje para hacerme saber su lamentable sentir por mi estado deplorable.
Amanecí bien el miércoles. Me sentí mejor. Elpá me trajo a la radio, me metí a grabar mi cápsula para interné y al salir mi celular comenzó a entonar "Milagro" de Lucybell.
Continúe mi plática con Leandro durante varios muchos minutos.
miércoles, 21 de enero de 2009
Novatada cuatrera.
martes, 20 de enero de 2009
Carta Pública...
A veces sentimos la necesidad de hacer saber a la gente lo mucho que la amamos, pero también se vuelve necesario ocultarlo para no hacer daño.
Desde que llegué aquí no he dejado de pensarte. He estado solo, pese a que todos han cobijado muy bien mi arribo.
De pronto, comencé a acordarme lo mucho que me hacían reir tus mensajes, las llamadas a las tres de la mañana (siempre resultan agradables cuando se tiene del otro lado a una buena
conversadora como tú).
No pude más que ponerme a llorar por la manera tan mal en la que me comporté.
Recuerdo mucho la vez del aeropuerto. Yo iba de malas. Cuando te vi me dieron ganas de darte un fuerte abrazo y de agradecerte por ser la portavoz de tan importante noticia en mi carrera. No pude. Mis aires de grandeza fueron más y no hice otra cosa más que portarme indiferente. Bien dicen que lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia.
Ya leí dos veces tu libro. Vi las fotografías, escuché las canciones. Te admiré y lo sigo haciendo.
De saber que me pondrías tantas interrogantes en el camino hubiera preferido no conocerte.
Nosotros, en esta profesión, nos caracterizamos por no pensar, por no hacer el esfuerzo mínimo por utilizar nuestro cerebro.
No malinterpretes. Lo haces seguido. De ahí tu apodo, ese que te hace única ante mis ojos.
Supe del accidente y no pensé siquiera en la idea de perderte. Tampoco llamé. No he enviado
mensajes, no he contestado el teléfono.
Sé que eres tú y eso hace que no quiera lastimarte más de lo que ya lo hice.
Nunca pienses que te quiero lejos. Las cosas acá mejoran pero sé que si estuvieras compartiéndolas conmigo serían fenomenales.
Pido perdón por esa indiferencia, pido perdón por hacer que la vida haya dado tantas vueltas y
me haya llevado lejos de donde tú estás ahora…
Pero también doy gracias. Gracias por permitirme conocerte, por hacerte parte de mi vida, por
esconderte debajo de las mesas para darme a conocer mi futuro, por los gritos de aliento que sé que profesas desde casa, por las cartas, por tu dedicación y por seguir a mi lado, pese a que yo no he sido incondicional contigo.
En el pensamiento te llevo, en mi sonrisa también. Te cargo todos los días en las mañanas y pase lo que pase cada que vea mi sombra sabré que también estás conmigo a cada paso que doy.
Así... así termina su "carta pública"...
lunes, 19 de enero de 2009
¿Eres su tocayo?
viernes, 16 de enero de 2009
Andas toda madreada mija
lunes, 12 de enero de 2009
Benito y Babo. Babo y Benito.
miércoles, 7 de enero de 2009
Juguetitos mágicos.
Mi cuarto nunca fue rosa. Lo más rosa que tuve alguna vez fue un Nenuco que, después de tomar agua, le apretabas la manita e inflaba burbujas que salían de su boquita.
Tenía muuuuchas garbies. Muchas. Una vez me trajeron una bolsa con más de un kilo de ropa para mis muñecas.
Le recordé a Laura (insisto, no soy yo, es otra) que cuando llegaba de la escuela era típico que sacara mis juguetes. Primero llegaba a mi recámara a sacar todos los muebles de la casita de mis monas. Estaban todos metidos en un bote amarillo de plástico con tapadera negra.
Ya con todos los aditamentos listos, me disponía a recostarme boca abajo en la sala, en donde teníamos un tapetote gris con motivos blancos. Extendía mi tianguis.
La sala, el comedor, la cocina, la recámara ya estaban listas. Todo en su lugar y dispuesto a que vistiera a mis muñecas para contar otra historia.
A los cinco minutos, después de acomodar todo, vestir a la muñeca buena, a la mala, a las amigas de la buena, al guapo, ponerles nombres y hacer que todo se confabulara para que la buena se quedara con el guapo... Me aburría.
No podía ir más allá.
Seguí la plática con la Lauris. Entre los juguetes que más recuerdo son mi bicicleta roja, mis patines en línea verdes con correas rosa fluorescentes, mis botseadores de madera, mi caballo de madera, mis tablitas de colores, mis inditas de trapo y mi trompo.
Sé que ambos Reyes (porque yo sólo tengo dos) leen mi bló, así que a los dos les digo gracias y busquen donde menos se lo imaginen a partir del... mmm... esperen... hoy cancelé mi tarjeta porque el cajero se la tragó... mmm... esperen... ¡ya! A partir del próximo mes...
Sus reyes, bueno, su princesa, les dejará algo dentro de la lavadora... o en algún lugar de su bello palacio...
Los amo.