Tomando clases de Epistemología en la Benemérita FES Acatlán, llegó una chica a recursar la materia con nosotros...
Cuando comenzó a hablar noté algo en su voz que me llamó la atención... Después hice caso omiso a mi instinto y proseguí poniendo atención... Al maestro Jorge Pérez siempre le ponía atención... "Hagan equipos de cinco personas", nos dijo. Nosotros éramos 4: A, Y, C y yo. Así que el profe, con tono sutil y resignado, nos dijo: "S va con ustedes".
La chica de recursamiento era ya parte de mi equipo. Como yo ya en ese entonces trabajaba, organizaba los tiempos de todos para que pudiéramos hacer bien el trabajo, aunque yo siempre terminaba haciendo la mayor parte de las cosas precisamente por trabajar.
De repente, le dije a S: "Tu rostro me parece familiar". Obvió mi comentario y le pedí su teléfono para que, en caso de cualquier cambio en el horario del trabajo, se lo hiciera saber.
Comenzó: "Mi número es 55555555"... ¿Quééééé? De manera inmediata reconocí el número... Era la hermana de J, mi mejor amigo... No lo pude creer...
Poco después se me ocurrió escribirle a J la historia en hojas tamaño carta con letra grandísima y le pedí a S que lo dejara sobre su cama, para que en la noche que llegara de la escuela lo pudiera leer...
¡¡¡Sorpresa!!! Casi-lloro...
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