lunes, 30 de marzo de 2009

¡Cambio de portero!



Entré a mi etapa mutante este fin de semana. Son de esas cosas que pasan sin que te des cuenta. Así nomás. Pasa cuando sucede.




Yo me doy cuenta cuando empiezo a tener ganas de verme mejor, de sentirme bien. Sonrío más, incluso cuando voy divagando por la calle escuchando música.




Me puse a pensar en que siempre soy la que le quiere meter los goles al portero. Nunca he estado en otra posición que no sea la ofensiva.




Analizo a mi rival, busco formas para poder perforar la meta y no me doy cuenta que lo que tal vez necesito es ser portera.




Pese a que los porteros son los primeros en salir criticados a la hora de permitir un gol, tienen una posición cómoda. Sólo esperan a que el equipo elabore una jugada y en conjunto se consiga la anotación o, lo más común, que de manera individual, el jugador del equipo rival se ponga frente a él y en un mano a mano evitar o permitir una anotación.




Siempre he jugado de mediocampista o de delantera. Tomando como metáfora al deporte más espectacular del mundo (muy mi punto de vista so what?) me veo siempre en la posición de analizar a mi rival, saber sus movimientos, conocer sus estrategias de juego.




El portero, cómodo, sólo espera a mi llegada para atajar los balones que discretamente le mando. Algunos serán lentos, otros serán auténticos penales. Por lo general, los guardametas a los que me ha tocado enfrentar son buenos y no permiten que ninguna pelota rebase la línea de gol. No se dejan.




Algunos son más cómodos que otros. Por ejemplo, se la pasan viendo desde su meta como voy elaborando mi jugada. En cuanto se dan cuenta que me tiro al ataque ¡sopas! Se echan al pasto sin problema alguno para tomar tranquilamente el balón y alejarlo lo más rápido posible para que intente de nueva cuenta otra jugada ofensiva con la que tal vez logre perforar por fin la valla.




Aunque también la posición de arquero es ingrata pues es al primero al que se le echa la culpa de que caiga una anotación, pero eso en mi metáfora no funciona.




Los porteros, en mi juego, en mi partido, son comodinos. Esperan a que vaya al frente y atajan ferozmente. Lanzan lejos el balón. Es como cuando ya vas a llegar a la punta del iceberg pero en una de esas escaladas pisas mal y vas pa'bajo again.




Me levanté con ganas de querer ser portera. De atajar cuanto balón me quieran tirar, de cuanto gol me quieran anotar.




Quiero cambiar de posición. Como cuando en la cuadra, en la cáscarita con los cuates, sólo tenías que gritar "¡Cambio de portero!" y entonces otro era el que se ponía los guantes.




Quiero ser ahora quien sólo esté expectante a que el delantero elabore una jugada ofensiva pero no colectiva, porque en mi juego (de nueva cuenta) no existe el trabajo en equipo. "Tres son multitud" dirían por ahí.




¡Cambio de portero! Me toca ponerme los guantes y esperar a que el jugador sea ofensivo y me analice para poder perforar mi meta. Quiero ser ahora quien ataje todos y cada uno de los balones que me pongan enfrente, hasta los penales.




Es mi turno y el portero (que realmente sí es portero) debe quitarse los guantes, concentrarse en sus tiros y, si corre con suerte, tal vez me tire a la izquierda sabiendo que su tiro va a la derecha y consiga, por fin, el gol que lo convierta en campeón.

martes, 24 de marzo de 2009

Se extinguieron las mapirosas



Había estado pensando en que hace mucho no revolotean en mi estómago, por lo menos no como les pasa a aquellos que empiezan sus menesteres amorosos a corta edad.






¿Casi dos años? Sí. Haciendo cuentas, son casi dos años en los que no tengo esa sensación en la panza. La última vez fue cuando el diablo me conquistó e hizo de las suyas. Me llevó a las huestes del infierno y me gustó tanto que atea me volví. En ese lapso hubo goles dedicados, pulseras besadas, mensajes con puro amor pambolero.









Desde la semana pasada he visitado frecuentemente un hospital de perinatología y por obvias razones he sido rodeada por pura panza inflada, con chamacos dentro.



Me acordé de la renta de mi matriz y de la plática que Éder y yo tuvimos sobre los gastos del parto de los gemelos (porque seguros estábamos de que serían cuates).










Hace mucho no veía a Éder ó al menos no le ponía atención a su aspecto físico. Me llamó la atención por ser bienvibroso y ya, hasta ahi. Le puse especial atención a cada uno de sus componentes y cuando llegué a las manos me perdí. "Las mías no son tan finas", pensé. "Por algo no soy portero", rematé.








Nunca he sido tampoco de las que tienen un tipo específico al que se imaginan a su lado. De pronto prendí mi monitor y entre tanta noticia deportiva en la que me encuentro inmersa día a día, descubrí unas diapositivas que hicieron que por lo menos una mariposa anduviera dando lata un rato en mi estómago, últimamente afectado por tanta coca y ciclos menstruales. Sí, también afecta el estómago.








Pasa cuando sucede. Por lo menos una mariposa hizo su aparición y al menos, este no mete goles. Los ataja. No sé qué tan bueno sea, pero eso de vivir de la patada ya no es algo que me agrade mucho.




miércoles, 18 de marzo de 2009

Y así me levanté


Después del poco tiempo que tuve para pensar las cosas, para recibir mensajes de aliento, para llorar y llorar hasta cansarme, hacer una pausa y volver a llorar, para no escribir y para despotricar contra cualquiera que pudiera ser el culpable de lo que ha pasado últimamente, me di cuenta que era hora de apacigüarme y tomar al toro por los cuernos.



Es necesario ir a comprar telas (que no es lo mismo que comprártelas) para cortinas nuevas, edredones con colores claros, plantas de sombra que paradójicamente iluminan un lugar.



En agosto, después de mi cumpleaños, tengo preparadas unas vacaciones inolvidables, sin rumbo fijo, así nomás, agarrar mis cosas, llevarme a todos y relajarnos hasta que nuestro cerebro sólo tenga conciencia del goce y de nada más.



Me estoy haciendo a la idea de que a partir de la próxima semana voy a salir de madrugada del trabajo gracias al béisbol, pero también me voy haciendo a la idea de que ese extra que recibiré por mis transmisiones servirá para irme lejitos, con todo el lujo que se merecen ellos, mi familia...



Aprovecho para agradecer a todos y cada uno de los que se molestaron en mandarme mensajes de aliento, pero agradezco infinitamente las porras echadas a mi muyquerida, ella más que yo, sabrá apreciar sus gestos...



¡Estoy de regreso weyes!


martes, 10 de marzo de 2009

A mi nunca me serviste...


Siempre me dice que tengo qué aferrarme a algo. Supongo que lo hace con el fin de que crea por lo menos en alguna cosa, sea cual sea.


Yo dejé de creer desde hace mucho tiempo. Y ahora tengo razones de sobra para demostrar que tengo razón en que hice bien en no aferrarme nunca a nada. Bueno, sólo a mis padres y a mi hermano.


Me sorprendió la vida por la espalda... Esta vez no he sido egoista. Lo juro. He pensado en cómo será la vida, su vida, a partir de hoy.


Si a mí me tomó por sorpresa, supongo que a ella la devastó, pero siempre he pensado en que es una persona fuerte para salir avante de cualquier situación y cuando se dobla pos chingá, aquí está su familia que siempre estará a su lado para ser su apoyo en todo momento.


Él nunca me sirvió. Nunca creí en Él y no pienso hacerlo ahora, sobre todo por haberle dado la espalda a quien siempre lo defendió, a quien me metía unas regañadas por hereje.


Lo único en lo que me queda creer es en la entereza de mimuyquerida, en su fuerza de voluntad y en su singular modo de ser que la sacará adelante siempre.


Por mí, Tú, ese al que todos llaman Dios, y en el que mi familia sigue creyendo a pesar de no ser correspondidos, puede asegurarse que de mí ni un saludo va a tener...


miércoles, 4 de marzo de 2009

Me and Bobby McGee

No lo pensé...




En cuanto corroboré el rumor salí corriendo rumbo a casa.




Abrí mi "closet" y comencé a sacar ropa como loca. Encontré mis acampanados y mi blusa verde favorita que no podía faltar al evento.






Mamá subió por las escaleras alfombradas, verdes también, y me preguntaba por mi desaforado comportamiento.




"Janis amá, Janis está aqui. Será un evento clandestino, desos que se acostumbran en la escuela. Deberé tomar todos los collares que tengo en el alhajero, esos que me regalaste apenas, los de piedritas de colores y maderas bastante amarillas."




Te voy a preparar entonces algo de comer. No quiero que te vayas con la panza vacía y que luego te andes quejando porque la tripa te truena.




Le marqué a Beto para que fuera conmigo. "Cálzate tus zapatos, esos cafecitos que tanto me gustan. Pónte el de mezclilla, la playera de Hendrix. Sí, la verde. Ven por mí, tan pronto como puedas. No, no te bañes."




Lista. En cuanto Beto llegó bajé corriendo y le dije a mamá adiós.




Ya no la volví a ver. Me monté en el auto, llegué al parque en donde sería el recital, Beto me inyectó algo. Previamente me dijo que me haría olvidar y que el recuerdo dejaría de estarme perturbando. Lo abracé. Fue lo último que hice.




Janis se apareció. Me cantaba al oido "Cry Baby" y justo cuando Beto me sostenía sonó mi favorita.




Le dije adiós. No la vi más, ni a ella ni a Bobby...







Take another little piece of my heart...

lunes, 2 de marzo de 2009

Entre currículos te veas


Me llamo Sergio.
Mido 1.89 y peso 80 kilos. Me mantengo en forma, los 80 son por puro músculo.
Tengo 39 años... ¿Tienes problema con eso?


-Sí... ¡Siguiente!


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Me llamo Israel.
No me gusta leer. La verdad es que sólo me gustan los libros que traen muchos monitos y que sean divertidos, porque los de drama o que traigan letras chiquitas no me gustan.


Y la verdad no tengo buena ortografía.... ¿Tienes problema con eso?


-Sí... ¡Siguiente!


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Me llamo Ricardo.
A mí no me gusta el fútbol. Soy mesero y estoy bien en mi trabajo. No me interesa superarme, tengo lo que quiero y no necesito tanto esfuerzo para hacerlo bien.


Cada fin de semana tengo que salir a chupar, eso es indispensable. No puedo vivir sin el alcohol.


¿Tienes problema con eso?


-Sí... ¡Siguiente!


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Me llamo Ger.

Trabajo de botarga. Me gustas, bien podría funcionar ¿no? ¿Tienes problema con eso?


-Sí... ¡Siguiente!


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Me llamo Éder.
Me gusta mucho la música. También leo mucho. Soy portero y por ende me gustan los deportes. Procuro siempre a mi familia. El reto que me representas es tan grande y no voy a huir como los demás. Voy a demostrarte que soy lo que estabas esperando. No tengo faltas de ortografía.


¿Tienes problema con eso?


-Sí... No sé qué es lo que quiero.