martes, 30 de diciembre de 2008

Entre el ático y audiofilia

Justo iba a cumplir 23...


Daniel y Bruno la llevaron a festejar su diablo con un jueguito de billar, pero el lugar estaba tan atascado que decidieron acudir a un bar cercano para, por lo menos, brindar con una cervecita.


Al llegar al "Underground", la mirada de ella se centró en una melena casi parecida a la suya pero un poco más corta. Los tres tomaron asiento y pidieron una cubeta para dar comienzo a la celebración.

Audiofilia estaba lista para hacer su aparición sobre el pequeño escenario y, aunque la gente de inicio estaba apática, lograron llamar la atención de quienes gozaban también del espectáculo.


Era realmente la primera vez que ella se liberaba un poco y dejaba atrás las responsabilidades de la escuela, de la casa, de llegar temprano para que ni papá ni mamá se molestaran.


Aquella melena con rizos castaños que ella había visto a su llegada pertenecía a la voz principal de la banda que tocaba sólo covers.


Nunca había sacado provecho de su profesión, pero tenía la imperiosa necesidad de conocer al greñudo, así que indicó que, en el intermedio de la actuación y ante la mirada atónita de su ex novio Daniel y de su hermano Bruno, ella tenía un programa de radio musical en el que se apoyaba a las nuevas propuestas, y así era, no estaba mintiendo.

Le siguieron intercambio de teléfonos, llamadas constantes, mensajes, correos electrónicos, idas a conciertos. En aquel entonces "Underground" cerró y las puertas del Ático se abrieron ante sus ojos.


Un mundo diferente, cierto.


Al poco tiempo, Audiofilia se volvió parte de ella y ella de Audiofilia.


Dejó de llegar temprano a casa y cada sábado estaba puntual, lista para pedir una cubeta, fumarse media cajetilla de cigarros y comer pizzas acompañadas de helados flotantes.




"Chacho" era el alias del melenudo. Carlos era su hermano y tecladista de la banda, novio de Gabriela, hermana de Nancy, quien era pareja de Beto, baterista del grupo. Israel, bajista, sólo era el primo de Chacho y Carlos. Todo como en familia. A ella, cuando estaba de espaldas, lo confundían con él y ante el desconcierto, su alma sonreía porque, al menos, así podría tenerlo más cerquita.

Ahí no sólo se hizo amiga de todos ellos. También conoció a los dueños del lugar, un matrimonio jovenzuelo conformado por Bere y Omar, a Migue, más que mesero lo veía como amigo leal, Benjamín, autista, Choy, quien canta hermoso y mueve los ojos de manera diabólica cada que interpreta... Se sentía bien...



Todos querían estar con ella... No sé si para sacarle provecho a lo que ella se dedicaba y no es algo que ahora quiera saber...

En esos tiempos fue feliz... Dio todo porque su banda creciera y saliera del anonimato.


Los llevó en ese entonces a actuar en el Lunario del Auditorio Nacional, los invitó a participar en entrevistas radiofónicas... Hizo de todo sin recibir nada a cambio...


La nula reciprocidad la cansó y ahora sólo prefiere recordar los buenos tiempos, esos llenos de rock, de helado, de cerveza.


Momentos con olor a cigarro, aroma a marihuana. Buenos tiempos de buena música, buenas fiestas, buenos bailes, limitadas amistades.


Ahora sólo agradece haber conocido a todas esas personas que hicieron que su vida cambiara cuando cumplió 23 y cuando escucha la banda sonora de aquella época sólo esboza una sonrisa, esperando que todos ellos sonrían también cuando algo les remonte a sus tiempos con ella...

lunes, 22 de diciembre de 2008

Entre lo real y lo utópico.


El día que tanto temía, llegó.


Ya se fue y es hasta hoy que me di tiempo para tratar de vaciarme hasta quedar sin una sola gota que saliera de mis ojos.


Fue entonces que prendí la luz, tomé mi libreta y una pluma, encendí una varita de incienso, puse música y me recosté boca abajo para comenzar a escribir.


Justo en ese momento levanté mi mirada y me topé con el espejo. Ahí, en ese preciso instante dejé de redactar para analizar a quien veía reflejada.


Se fue, se fue, se fue.


Mis ojos comenzaron a inundarse y lloré de mucho sentimiento, como no lo hacía desde lo que pasó con Daniel a mi llegada a Guadalajara.


Y lagrimeé por su partida pero también por lo bajo que te hace caer la gente con sus comentarios.


No me creen capaz. Y eso me emputa.


Nunca he sido una persona sumamente segura y no tengo ningún empacho en aceptarlo. A mí no me da miedo que sepan que no tengo la mejor de las autoestimas. Eso me vale madres.


Las mamás te dicen las cosas por tu bien. No tengo duda que la mía no es la excepción, pero a veces me gustaría que no me dijera absolutamente nada. Como ese día en que recibí un mensaje y me dijo que me quería, que no quería que le contestara, pero que me quería. Así, ya. Como cuando los hombres tienen un segundo de lucidez romántica y lo terminan con una nacada. Así me pasa con mi mamá, con mi papá, con Memo, con mis compañeros de trabajo.


No soy tampoco la más femenina de las mujeres. No me empeño en arreglarme físicamente, hasta que la ocasión lo amerite. Yo sí me arreglo para mí. Ese creo que es un problema no para mí sino para los demás.


Hablaba con mi mamá sobre los mensajes de agradecimiento y euforia que había recibido por parte de quien me empeño en sacar de mi vida pero nomás no puedo. Luego le conté de Horacio, un amigo que ambas tenemos en común y que antiguamente me atraía. Me dijo que él sí era real.


Mi papá tiene actitudes similares. En cuanto supo que tenía algo que ver con un profesional del balón sólo se reía de manera irónica. Así como "¡Ay sí Laura!". No. No era mi imaginación. Así le hizo. Así le hace.


¿Recuerdan el sarcasmo con el que me contestan cada que les digo que quiero mi casota? Pues así mero. Así mero.


Memo, por ejemplo, se rió de mí cuando a mitad de una plática entre él y yo, recibí una llamada del tipo en cuestión, diciéndome que seguramente era mi hermano y que yo le había pedido que me marcara para que me creyera lo que yo le decía.
"De puras utopías vives, niña".


Definitivamente me enoja que por no ser la modeloquelediolasnalgasalproductoryqueahoradanoticiasdeportivas crean que no tengo la capacidad para traer (o haber traído) a un pateabalones tras de mí.


Eso y que se haya ido es lo que me tiene decepcionada hoy.


Por eso ya no lloro con ellos. Por eso lagrimeo cuando apago la luz y me voy a dormir. Por eso chilloteo cuando me baño. Así confundo mis lágrimas con el agua saliente de la regadera.


Para seguir...

Hace tanto tiempo que aún no puedo poner la historia atrás de mí
parece que al volver cada recuerdo invade lo que sé, hasta mi cuerpo
para seguir necesito encontrar paz en mi soledad
que las aguas que caerán puedan llegar hasta la raíz a aliviar o seco

Déjame, déjame llorar por ti
Déjame, déjame llorar, que se vacíe mi alma al fin... para seguir...

Hace tanto tiempo ya, no he olvidado nada, todo sigue aqui
hay tantas cosas que quiero borrar sin lastimar lo que más quise.

Necesito encontrar luz en mi oscuridad
que el invierno pase ya, que el sol calentará cada latido.

No sólo es llorar por ti, también por mí...
Señoras y señores... Me declaro en total desmoronamiento.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Mejores discos...


Nos comenzamos a saturar de recuentos, de lo bueno y lo malo que ocurrió en todo el año y la música no se salva.


Estaré o no de acuerdo con algunas de las afirmaciones publicadas el pasado mes de noviembre por la revista Q, pero es algo que dejo a su consideración a falta de ser publicadas las mejores canciones del año que está a 12 días de culminar.


Eso sí, el primer lugar es, sin duda, el mejor.



1. Kings Of Leon - Only By The Night
2. Fleet Foxes - Fleet Foxes
3. Coldplay - Viva La Vida Or Death And All His Friends
4. Vampire Weekend - Vampire Weekend

5. Glasvegas - Glasvegas

6. Duffy - Rockferry
7. TV On The Radio - Dear Science
8. Elbow - The Seldom Seen Kid
9. The Raconteurs - Consolers Of The Lonely

10. Nick Cave & The Bad Seeds - Dig!!! Lazarus Dig!!!
11. Sigur Rós - Med sud i eyrum vid spilum endalaust

12. Keane - Perfect Symmetry
13. MGMT - Oracular Spectacular

14. Kaiser Chiefs - Off With Their Heads
15. Lil Wayne - Tha Carter III
16. Hot Chip - Made In The Dark
17. Adele - 19
18. British Sea Power - Do You Like Rock Music?
19. Goldfrapp - Seventh Tree

20. The Gaslight Anthem - The ‘59 Sound
21. Razorlight - Slipway Fires

22. The Killers - Day & Age

23. Beck - Modern Guilt
24. The Last Shadow Puppets - The Age Of The Understatement

25. Metallica - Death Magnetic

26. Conor Oberst - Conor Oberst
27. Home Before Dark - Neil Diamond

28. 22 Dreams - Paul Weller
29. AC/DC - Black Ice
30. Third - Portishead
31. InThe Future - Black Mountain
32. Dig Out Your Soul - Oasis

33. Hercules & Love Affair - Hercules & Love Affair

34. For Emma Forever Ago- Bon Iver

35. Stay Positive - The Hold Steady
36. Accelerate - R.E.M.

37. Youth Novels - Lykke Li
38. Life Death Love & Freedom - John Mellencamp
39. Santogold - Santogold

40. Evl Urges - My Morning Jacket

41. Gift Of Screws - Lindsey Buckingham

42. I´ll Be Lighting - Liam Finn

43. To Survive - Joan As A Police Woman
44. Partie Traumatic - Black Kids
45. Forth - The Verve

46. Harps And Angels - Randy Newman
47. Acid Tongue - Jenny Lewis

48. All I Intented To Be - Emmylou Harris
49. Safe Trip Home - Dido

lunes, 15 de diciembre de 2008

A la Vergara







Mi abuela tiene su hermosa casita camino a Toluca. Cerca del Desierto de los Leones.


Cuajimalpa es de los Almaraz. A huevo.


Cada que íbamos a visitar a mis tíos teníamos que tomar Reforma para llegar a Constituyentes y de ahí pasar a la carretera.


Lomas de Chapultepec era la onda en ese entonces. Ahora igual pero ya soy más realista que en aquel entonces.


Bruno y yo íbamos en la parte de atrás del auto y cada que veíamos una casa (casota, mejor dicho) gritábamos: "¡esa es mía!".


He escuchado tantas versiones de las maneras en las que los hombres más poderosos del mundo, e incluso de México, han iniciado sus fortunas.


Una de ellas y la más cercana es la de Jorge Vergara, dueño de Chivas, quesque comenzó a edificar su imperio con un puesto de carnitas.





Quiero una casota. Siempre he querido darme ese gusto y no sólo a mí, también a mi familia.

A mis papás luego les platico de mis planes y lo único que se les ocurre decirme es:


elpá: "Sé realista, Quiku"

lamá: "Ay, Laura"


El apoyo es inminente, lo sé, pero pese a que piensen que soy poco realista, al rato, tal vez a largo plazo, cuando me decida a ahorrar, por supuesto, tendré mi casota y mi Tracker lista para transportarme a donde yo quiera.

Es más, ya hasta estoy pensando en vender tlacoyos o naranjas, como le hacía de niña... Sólo que tengo el grave problema de no saber cómo es que le pondré de nombre a mi negocio.

"Los tlacoyos de Laura..."

"Las naranjas de Laura..."


Mmmm... Pensándolo mejor... ¡Qué bueno que no se me ocurrió vender melones!






La voy a hacer como este güey. A la Vergara.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

¿Será así de fácil decirlo?


Y bien... Jaime Sabines así lo enuncia y así, precisamente así, es como se siente...



Del Adiós


No se dice.

Acude a nuestros ojos,

a nuestras manos, tiembla, se resiste.

Dices que esperas -te esperas- desde entonces,

y sabes que el adiós es inútil y triste.


viernes, 5 de diciembre de 2008

Carta a Don Nemesio...

Sólo pido que me reciba de la manera más calida posible.


Si bien no he tenido queja en las últimas ocasiones en las que lo he visitado, ésta podría ser la víspera de una despedida anunciada con previo aviso.


Fíjese que, ante mis ojos, usted siempre ha causado una muy buena impresión. Me ha ayudado en los momentos en los que he pensado claudicar y dejar mi profesión, esto para lo que nací y que tanto amo hacer.


¿Recuerda la primera vez que lo visité? Tal vez su memoria ya sea un poco vaga, pero para mí será uno de esos momentos que se quedan grabados no sólo en mi mente sino también en mi corazón.


Aquella vez y como siempre lo ha sido desde que lo conocí, iba acompañada sólo de hombres y vestida de rojo.


Esa mañana, mi compañero "Cajetitas" me dijo que pasaría por mí a la entrada del panteón Dolores a las 9 en punto. Me desperté ansiosa por mostrarme ante usted y fui puntual a la cita.


Con Arturo venían Alfredo Ruíz, a quien le tengo una estima profunda no sólo por ser puma sino también por ser un amigo y consejero entrañable, acompañados de Jorge "Ché" Ventura, uno de mis tantos abuelitos en el medio.


Pese a que siempre le ponía atención a las anécdotas que tanto el "Ché" como Alfredo contaban de sus inicios en el periodismo, ese día iba pensando en que debí vestirme de blanco para llamar la atención en medio de ese mar rojo que me esperaba para que usted posara de manera atenta sus ojos en mí.


Cuando bajamos de la camioneta, sentí un escalofrío que no había sentido ni cuando transmití en el Estadio Azteca en mi debut para una cadena latina en Estados Unidos. Un escalofrío que, si bien tampoco fue tan grande como aquel día en el que pise la cancha del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, no fue menos que el que sentí cuando me tocó cubrir mi primera final.


Llegué a donde estaban las nenas de prensa, listas para comprobar mi acreditación y cuando pasé del otro lado del torniquete, me recibió usted con sus brazos bien abiertos. Sabía que era yo y me reconoció aunque fuese vestida de rojo como las otras 27 mil personas asistentes.


Me dijo que subiera las escaleras y que me metiera por la puerta del centro, que después del juego se despediría de mí. Era hora de trabajar.


Todo estaba dispuesto. "Cajetitas" ya había hecho la instalación de ingeniería, el "Ché" y Alfredo habían ido a visitar el Museo del equipo, Víctor Orozco, el corresponsal, llegaba presuroso para pedir las alineaciones del juego. No sabía que me tuviera usted esa sorpresa. Amaury debutaría ese día y lo ponía en mi camino sin que supiera que añísimos después fuera la causa de muchas de mis alegrías.


Era casi la hora y comenzaban todos a ocupar sus puestos. Llegó Walter Gassire acompañado del Profesor Héctor Hugo Eugui, un abuelo más para mí y con quien sigo teniendo contacto, comiendo siempre bife de chorizo gratis en su restaurante. Debía tener beneficios por ser la única nena en medio de tanta testosterona.


Las cámaras estaban detrás de mí, los micrófonos ya estaban conectados y las gradas estaban a reventar. Me regalaste un espectáculo sin igual y te lo agradezco.


Cada que voy a verlo me recibe de una manera tan cálida que hace que el frío que impera en su ciudad, aminore.


11 de agosto del 2001, recuerdo. De aquello han pasado 7 años y sigo visitándole frecuentemente. Nunca pensé que el infierno me iba a gustar tanto. Aprovecharé para darle las gracias por tantas alegrías, también por las enseñanzas y por lo que con el paso de los años aprendí a través de usted.
Gracias también le daré no sólo por hacer de su casa, mi casa, sino también por haber acogido, desde hace siete años, al que considero mi más dulce sueño y al que, usted y yo, veremos partir pronto a Guadalajara.


El domingo nos vemos para que me reciba, de nueva cuenta, con las puertas abiertas... No quiero decírselo, pero creo que la despedida entre usted y yo se acerca...

martes, 2 de diciembre de 2008

Me levanté y sentí muchos años encima...


Tengo 26...



No es algo que me preocupe...



Sólo que al despertar y mirarme al espejo pareciera como si los años que ayer no se me veían, fuesen reflejados al otro lado del cristal...



No era yo, estoy segura, no era yo...


lunes, 1 de diciembre de 2008

El azul no me sienta bien...

Durante muchos años fue mi color favorito... Ahora tal vez siga teniendo una preferencia sobre él, pero ya no tan profunda como antes.


Y es que el azul ha sido causa de innumerables desdichas este año...


En el mes de abril, una escena desgarradora tuvo lugar en el Estadio Azul. Sus escaleras inmensas me hicieron sufrir pero no por lo inclinadas que están y la mella en mi mala condición física, sino porque sabía que al llegar al último escalón también llegaría el final de algo que desde un principio sabía que no estaba bien... Ese día, recuerdo bien, Pumas fue derrotado por Cruz Azul y no le dio oportunidad de pasar a la liguilla...







En octubre regresé al Azul... Pinche estadio, algo ha de tener en contra mía... Ahora no fueron sus escaleras... Un día antes fui al hotel de concentración del equipo en el que mi peoresnada milita, sí, ese que está detrás del World Trade Center, para hacer la entrega de un libro del que muchos de ustedes conocen la historia. Aquel cuatro de octubre, previo a una lluvia pertinaz, me tocó cubrir el Cruz Azul vs Toluca, y a pesar de que uno de los goles tuvo un especial sabor de boca para quien hoy escribe estas líneas, lo que le siguió después del encuentro no fue tan delicioso como hubiera querido...







Ayer, de nueva cuenta, el azul volvió a hacer de las suyas, aunque francamente la culpa la tuvo uno de mis mejores amigos, una persona que es muy especial en mi vida y que me ha enseñado innumerables cosas pese a la diferencia de edades que nos separa...






Sé que a muchos de los que se toman la molestia de leer este espacio no son afectos al fútbol, lo sé... Pero supongo que eso pasa a segundo término cuando para mí es una de las cosas que me permiten mantenerme viva, pero sólo eso...